De niños teníamos una idea bastante clara del futuro, al menos yo la tenía. Los coches volando, las inmaculadas habitaciones sobreiluminadas, los robots. Todos estos elementos formaban un escenario imaginario que todos esperábamos ansiosamente que cobrase vida algún día. En mi caso, en aproximadamente dos décadas. Siempre tuve claro que 2012 sería el futuro, todas esas esperanzas materializadas en libros y películas fueron el alimento de nuestros sueños sobre lo que tenía que venir. Pues bien, ya estamos aquí, en el puto futuro. Pero me acabo de asomar por la ventana y no he visto ningún Seat Cóndor ni ningún Peugeot Air sobrevolando la plaza del barrio. Mierda, nos engañaron otra vez.
Hace un rato estuve viendo por enésima vez en youtube el polémico video del grafeno, “el material del futuro”; un primohermano del carbono que supuestamente va a hacernos la vida más fácil a todos en una frontera de unos… ¿veinte años?. En las imágenes una mujer oriental nos muestra las posibilidades de esta tecnología, que nos permitirá llevar a un estadio superior nuestra vida como pseudoandroides interconectados. En el video no se nos habla de las horas que ha tenido que trabajar la mujer para conseguir el dispositivo así como tampoco se nos dice nada acerca de aspectos tales como las dificultades que tiene la protagonista para encontrar vivienda, pero al menos no aparecen coches voladores, cosa que es de agradecer.
Supongo que GG Allin se debió sentir como yo cuando comprobó que la era Reagan no se parecía mucho a lo que el tenía en mente que sería el futuro durante su infancia en New Hampshire. Ese choque de realidades alternativas (lo que pensábamos que iba a ser, lo que es, lo que pensamos que será y lo que realmente será) es desde mi punto de vista la causa fundamental de la enfermedad bandera de nuestra época; la ansiedad. Nos vemos obligados a enfrentarnos a la explosión de estas realidades paralelas así como a desvelar cuál es nuestro papel en esta sucia y desordenada brana.
Son estas reflexiones las que me han llevado a unirme a mi hermano Sergio Rodríguez, también conocido como Papa Wilson, para realizar una serie de investigaciones en esta línea que espero me lleven a derrumbar el “mito del futuro”, o al menos a crear mecanismos para liberarnos temporalmente de su poderoso yugo. El futuro no es mas que una farsa, como la religión, cuyo único objetivo, una vez más, es mantener nuestra mirada lejos de lo realmente importante; lo que está pasando delante de nuestras irritadas narices. El nombre del proyecto es “Ojos de Grafeno”. La forma en la que se materializará aún la desconocemos pues pertenece al futuro, esa moda del pasado.
Curro Morales fromthefuture
* OJOS DE GRAFENO muy pronto... o no.
Publicado en Mogra Empire.
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