Ahora sabes que la tienes. No te importa que te llamen loca o aprovechada. Tus vecinos se ríen de ti y eres consciente de ello. Te señalan en el supermercado y cuando sales al jardín. Tu hermano ha dejado de llamarte por teléfono. Tu hija no te cree y defiende que parece una cabeza de caballo. No te importa, tu marido está contigo y el pastor Bennett ha dicho en la tele que podemos encontrar a Jesús en cualquier lugar.
Y tú, Kelly, lo has encontrado en una bolsa de Cheetos.

1 comentario:
He recuperado la fe. Quién iba a decirlo.
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