
"Nos quieren silenciosos, amargos,... pero no hay que callarse, lo que cuenta, lo que yo he tratado de contar, es el signo afirmativo frente a la escalada del desprecio y del espanto, y esa afirmación tiene que ser lo más solar, lo más vital del hombre: su sed erótica y lúdica, su liberación de tabúes, su reclamo de una dignidad compartida en una tierra ya libre de este horizonte diario de colmillos y dolares."
JULIO CORTÁZAR
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