Llegué el 25 de febrero de 2008 prometiendo trabajo, trabajo y trabajo y me marcho cuatro años después dando las gracias, gracias y más gracias a una afición que lo ha ofrecido todo. No puedo expresar con palabras lo que me habéis hecho sentir en este banquillo. Me voy con el corazón partido, pero a la vez repleto de alegría y orgullo por haber defendido la franja roja junto a vosotros.
A pesar de las dificultades y de los errores que seguro he cometido, nunca podré borrar de mi mente vuestras caras de alegría el día del ascenso, ni nuestras lágrimas juntos en Vallecas el día de la permanencia. He disfrutado cada segundo de esta vida pirata, desde que compraba hielo de madrugada para recuperar a los chavales del filial hasta que he tenido el privilegio de defender esta camiseta por los campos más grandes de esta liga.
No dejéis de rugir. Vuestro gol contra el Granada ha hecho posible que el año que viene los equipos poderosos vuelvan a subir la Albufera sabiendo lo que les espera en Vallecas. No dudéis que estaré a vuestro lado, porque el contrato vitalicio está firmado: mi corazón siempre bombeará la sangre franjirroja de la Agrupación Deportiva Rayo Vallecano.
Muchas gracias a todos,
José Ramón Sandoval
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