miércoles, 11 de marzo de 2009

024# Scrotum humanum

En 1677 se publica el libro Natural History of Oxfordshire de Robert Plot (1640-1696). En él explicaba el origen de los fósiles como una propiedad de la tierra para adquirir formas llenas de armonía, principalmente conchas, que adornaban el subsuelo al igual que las flores adornaban la superficie terrestre. De esta forma, las rocas con frecuencia tomaban como modelo partes aisladas de la anatomía humana y Plot reconoce haber encontrado representaciones que simulan el cerebro de un hombre, las orejas o incluso un ojo con cataratas. En la lámina 8 del libro, este naturalista inglés describe un corazón, un riñón y un pie humano. Junto a ellos aparece la ilustración de un fósil que correspondía a un fragmento distal del fémur, el hueso del muslo, de un gran vertebrado terrestre procedente de una cantera de Cornwell (Oxfordshire, Jurásico Medio). Se trataba de un dinosaurio terópodo, de tipo Megalosaurus, pero Plot identificó este resto femoral como perteneciente a un animal mayor que un caballo o buey, llegando a decir que podría ser de elefante, aunque finalmente cambió de idea.


Casi un siglo después, el filósofo francés Jean-Baptiste Robinet (1735-1820) interpretó esta porción de fémur de dinosaurio como el resto petrificado de un enorme escroto humano (efectivamente, la figura parece un hueval). Esta interpretación se debe a que pocos años antes, en 1763, el naturalista británico Richard Brookes había refigurado el ejemplar de Plot y le había designado como Scrotum humanum. Este nombre tendría probablemente intención descriptiva, no interpretativa, y podría haber sido el primer nombre válido de un dinosaurio.


A comienzos de 1990, L.B. Halstead y W. A. S. Sarjeant, formularon una petición a la Comisión Internacional de Nomenclatura Zoológica (organismo que toma decisiones sobre los nombres de loa animalñes, actuales y fósiles), que consistía en eliminar el nombre de Megalosaurus (que data de 1894) y sustituirlo por Scrotum, que tendría prioridad en el tiempo.La Comisión les dijo que se peinasen, considerando a Scrotum como un nomen dubium (nombre dudoso), es decir, que la figura de Plot no contenía suficiente información como para identificar satisfactoriamente un género y especie determinado de dinosaurio. Bajo mi punto de vista, los tíos de la Comisión de Nomenclatura Zoológica son unos rancios, porque molaría muchísimo más que hubiera un dinosaurio que se llamase Scrotum, en lugar de Megalosaurus, que me parece un nombre como muy estandar.
Para más información:
Sanz, José Luis (2007): CAZADORES DE DRAGONES Editorial Ariel, Barcelona, 420 pp.
Blog Exapamicron: Scrotum humanum, de nuevo

2 comentarios:

Inmarteee dijo...

Cuando menos, curioso, aunque reconozco siempre me ha gustado el nombre de Megalosaurus.

eL KoProFagO dijo...

Donde esté Scrotum que se quite cualquier nombre. A ver cuando le ponen a uno Koprosaurus. Estaría guapo.