Son treinta millones de descendientes de una de las mezclas raciales más espectaculares de la historia. Negros de la costa africana del Océano Indico con comerciantes árabes con trabajadores indios con marinos persas con soldados baluchis con algunos negociantes chinos con navegantes de las islas Comores con nómadas somalíes con esclavos del corazón de África con conquistadores portugueses. El resultado de quince siglos de mezcla es una nueva lengua, un carácter abierto y una interpretación más o menos flexible del Islam.
Su historia comenzó en el siglo VII, cuando los árabes se aventuraron a comerciar con la costa africana empujados por el kaskazi, el monzón que sopla desde el noreste entre noviembre y abril. Llegaban cargados de hachas, espadas, cerámica china, sedas de la India, telas y el recién escrito Corán.
El viaje dependía del viento por lo que el retorno era obligadamente entre mayo y octubre, cuando sopla el kuzi desde el suroeste. Entonces, los barcos volvían repletos de oro, marfil, cuernos de rinoceronte, pieles de leopardo, caparazones de tortuga y esclavos.
Pasaban largos meses entre la ida y la vuelta. Por eso los marinos comenzaron a establecerse, a mantener casas, almacenes y familias. A mezclarse. El color de la piel de los habitantes de la costa se hizo más claro. El cruce cultural fue dando origen a un sentimiento, a una solidaridad, unas costumbres y a una complicidad común. Y un nuevo idioma con base en el bantú pero con palabras extraídas de diferentes lugares (inglés, portugués, árabe), empezó a desarrollarse gracias al comercio y a los dhows (barcas de una sóla vela).
Pues bien, hace un par de años, leyendo un artículo de John Carlin en El País, descubrí una de las frases más bonitas que he leído nunca:
"Nilikudhani dhahabu kumbe adhabu"
Es un proverbio en lengua swahili que quiere decir algo así como "pensaba que eras de oro, pero eres insoportable". Si ya traducida al castellano la frase es bonita, en swahili multiplica su belleza. Además, ¿cuantas veces se piensa eso de alguien a lo largo de la vida?
Por cierto, la información sobre los swahili está extraida de aquí.
2 comentarios:
traducido al castellano el nombre parece un título de una novela contracultural. Bonito tema.
Estaría way que pusieras la pronunciacion fonética, por que la he pronunciado en voz alta y ni siquiera se si la dije bien... Me apunto la frase por que tiene miga...
Saludetes!
Publicar un comentario