martes, 10 de noviembre de 2009

093# Una mala noche la tiene cualquiera

Siempre te han gustado los tatuajes. "Mamá" en un hombro, "Papá" en el otro. La letra de tu canción preferida en un antebrazo. Un poema en el otro antebrazo. El dibujo de un pirata o el recuerdo de un colgante que llevabas desde tu niñez. Todo ello adorna tu cuerpo y son pedazos de tu vida. Cada tatuaje tiene su historia y recuerdas cuando y por qué te los hiciste. A los 15 años, y por medio de un vecino, desvirgaste tu piel. Con 17, un compañero del reformatorio te dibujó otra cosita. Con 21, te devolvieron un favor en prisión regalándote un tatuaje. Y así, con el tiempo, unos cuantos más.
Muchos años más tarde, te volviste a encontrar con aquel vecino estando de permiso. Y os tomásteis unas copas. Y luego unos chupitos. Y pillásteis unos gramos. Y acabásteis en un burdel.
No sabes cómo, pero a los dos os pareció muy buena idea hacerte un nuevo tatuaje cerca del ombligo. No sabes cómo, porque ni tú ni él os acordáis de nada de lo que pasó aquella noche.
Mañana se acaba tu permiso y regresas a la cárcel. Solo esperas que a los chicos les guste tu nuevo tatuaje.

2 comentarios:

Happyman dijo...

Es que no sé que decir....
simplemente infame!!
El sujeto tiene que ser un hacha, por lo menos. Menudo fichaje, jajajajaj Por cierto, menudo ojo tienes para distinguir el pirata.... a mí me ha costado lo mío.

Venga, nos leemos...

eL KoProFagO dijo...

Happyman, lo del pirata me lo he inventado un poco... Pero era lo que más se parecía ¿no? La verdad es que los tatoos del pibe son acojonantes.

Un saludo.