Jorge se dio a conocer al mundo en el Mundial de España ‘82, cuando clasificó a El Salvador por segunda vez en su historia para la fase final de un Mundial. No desaprovechó la oportunidad y a pesar de perder con su equipo los tres partidos de la primera fase (en su debut mundialista, cayeron 10-1 ante Hungría) , fue elegido como el décimo mejor jugador del campeonato, entrando en el once ideal del Mundial. Así, consiguió que se fijaran en él grandes equipos como Atlético de Madrid y Paris St. Germain. En un partido amistoso previo al Mundial, el club galo cayó derrotado por 3-1 contra la selección salvadoreña, tras otro festival del Mago. Estaba ya todo resuelto para el fichaje, pero a última hora, Mágico no se presentó en el hotel, donde esperaban los dirigentes franceses. Aquello era muy serio para él, y decidió no presentarse.
Tras las muchas ofertas recibidas, y otras tantas negativas por el temor al rigor del fútbol profesional, Mágico, que debió intuir que en Cádiz las cosas serían diferentes, terminó por ceder y dar el salto al fútbol europeo, aunque fuera en un humilde equipo de Segunda División. El Cádiz pagó a FAS la suma de siete millones de pesetas, para tenerlo por un año. Al verano siguiente, si el Cádiz quería quedarse en propiedad con el jugador, habría de pagar otros 12 millones. En su primera temporada (82-83), anota 14 goles en 33 partidos y la afición gaditana cae rendida a sus pies. Mágico era un jugador distinto, con gran imaginación, lleno de clase, regate eléctrico y un excepcional lanzador de faltas, pero también de carácter indisciplinado, muy aficionado a las salidas nocturnas y a la vida desordenada. Su prioridad era la diversión, incluso por encima del fútbol, y además lo confirmaba públicamente sin ningún pudor.
En 1984 hizo una gira con el Barcelona por Estados Unidos, jugando dos amistosos junto a Diego Armando Maradona y marcando un gol. No llegó a fichar por el club catalán, entre otras cosas, porque en un hotel de California, cuando sonó la alarma antiincendio, el único que se quedó en el hotel fue Mágico, con una chica en su habitación. Después de tres temporadas en Cádiz y 29 goles anotados es fichado por el Real Valladolid, donde sufrió el duro marcaje de los directivos que intentaban, en vano, frenar sus ganas de fiesta. De esta forma, con sólo 9 partidos jugados y dos goles, vuelve a Cádiz, donde es de nuevo recibido con los brazos abiertos.
El nuevo contrato buscaba garantizar que el club tendría un jugador ceñido a las normas, por lo que se le recontrató bajo condiciones como el pago de 700 dólares por partido jugado. En Cádiz juega otras 5 temporadas, marcando 28 tantos, y dejando un catálogo de regates imposibles y goles espectaculares. Son los años en los que Mágico se dedica a vivir la vida dentro y fuera del campo, contagiando a sus compañeros con su alegría, triunfando en la Liga española y llevando al modesto Cádiz a sus mejores puestos históricos en Primera.
De su época en Cádiz hay mil anécdotas. En un trofeo Ramón de Carranza, Mágico se quedó dormido y no llegó a tiempo para jugar un partido contra el Barcelona. Llegó al descanso cuando el Barça ganaba 0-3. En el segundo tiempo, metió dos goles y dio otros dos para que al final el Cádiz acabara ganando 4-3. "El señor González no vendrá hoy a entrenar" era una constante en la boca del chófer de Mágico antes de los entrenamientos. Durante el descanso de un emocionante partido que enfrentaba al Cádiz con el Atlético de Madrid, el partido se reiniciaba hasta que el entrenador se dio cuenta que el Cádiz contaba sólo con diez jugadores y es que Mágico se había quedado dormido en una camilla del vestuario.
Tras un intento del Atalanta italiano por ficharlo, Mágico González decidió permanecer en el club andaluz hasta 1991, retirándose tras un año donde apenas jugó. Había pasado dos años bastante malos personal y profesionalmente debido a que una joven gaditana le denunció por intento de violación. Finalmente fue absuelto tras una indemnización pero Mágico no volvió a entrenar y a jugar en las mismas condiciones. En 1991 volvió a El Salvador para fichar de nuevo por el Club Deportivo FAS, donde militó hasta su retiro en 2000.
Tras su abandono del fútbol fue segundo entrenador del Houston Dynamo en la Major League Soccer norteamericana. Además, trabajó como taxista en sus tiempos libres, volviendo a El Salvador al acabar la temporada.
"Reconozco que no soy un santo, que me gusta la noche y que las ganas de juerga no me las quita ni mi madre. Sé que soy un irresponsable y un mal profesional, y puede que esté desaprovechando la oportunidad de mi vida. Lo sé, pero tengo una tontería en el coco: no me gusta tomarme el fútbol como un trabajo. Si lo hiciera no sería yo. Sólo juego por divertirme."
Es posible que si hubiera llevado la vida del resto de futbolistas habría llegado más lejos, pero probablemente no le llamarían “Mágico”.
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2 comentarios:
Joder! Habia oido hablar de el (quien no) a Maldini y toda la peña del prgrama del plus, pero no tenia ni idea de que era un clavera. Menudo crack ¡se quedo dormido en la camilla del vestuario! jajajaja!
Saludetes!
Creo que en el programa de Robinson hicieron un reportaje sobre él, pero todavía ando buscándolo. Un saludo.
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